— Medianoche!! Mi preciosa nave de carga y troleo a piratas !! ¿Cómo estás, encanto? Oh, por el amor del cielo, qué ganas tenía de volver a pilotarte.
“Me alegro mucho de verla, Comandante. Han pasado muchos meses sin disfrutar de su presencia en mi puente de mando. Pero espero que no pretenda pilotarme vestida de esa guisa”
— ¿Qué le pasa a mi ropa?
“Me temo que su elección de colores contrasta demasiado con mi decoración interior y con el minimalista tono cobalto de mi carrocería. Sería usted un contraste demasiado intenso y dispar, lo suficiente como para que algunos se preguntasen si tiene usted el derecho legal a pilotarme”.
— jejeje… ¿Y que sugieres?
“Tonos grises y blancos resultarían más adecuados”.
— ¿Tonos Gutamaya?
“Por supuesto”.
— Permíteme señalarte, mi querida Medianoche, que tú no usas esos tonos. Eres oscura como tu nombre.
“Por supuesto que no los uso. No soy una Gutamaya como las otras.”
— Lo sé.
“Por otro lado, espero que no se le ocurra jamás, colocar uno de esos bobbleheads tan de moda sobre mi tablero de mando, comandante.”
— ¿Por qué motivo?
“Tener algo rebotando y meneándose sin intencionalidad propia por tu cabina con cada modificación de la gravedad es una auténtica ordinariez”
— No lo entiendo.
“En términos humanos es como no llevar sujetador mientras haces ejercicio. Por favor, mantengamos la dignidad.”
— Había olvidado lo que era hablar con el simulador de personalidad de tu IA.